Auditoría Laboral y Previsional.

En el mundo empresarial, el conocimiento de los riesgos que se están asumiendo constituyen una necesidad, una garantía y un elemento de juicio necesario para la toma de decisiones en la gestión del negocio.

Si nos centramos en los imprevistos que, a menudo, surgen por reclamos de los trabajadores frente a sus empresas, en la mayoría de los casos, se concluye que, de haber conocido antes las situaciones que las motivaron, se podían haber previsto o evitado.

Arrastrados por la rutina y por la aparente menor importancia de estas cuestiones frente a lo estrictamente económico, la gestión laboral de la empresa se tiende a burocratizar. Ejemplos muchos: la aplicación de un convenio colectivo en lugar de otro, el pago de salarios en cuantía equivocada, malos encuadramientos en los regímenes de la Seguridad Social, utilización indebida de modalidades contractuales, etc.

Estas situaciones, pueden provocar quebrantos económicos de consecuencias imprevisibles y, al tiempo, quebranto en las relaciones de trabajo, con un coste intangible elevado.

Pues bien, de la misma forma que se supervisan nuestras cuentas, también podemos someter nuestra empresa a una auditoría laboral, con el fin de detectar las desviaciones legales en el ámbito jurídico laboral y de las relaciones de trabajo de la empresa.

El objetivo de este análisis sería identificar aquellas situaciones, riesgos, que bien por desconocimiento, bien por error, existen en la aplicación de la legalidad vigente en cada momento y que podrían desembocar tanto en reclamos contra la empresa a instancias del trabajador, como en sanciones o en actuaciones de la AFIP, Secretaría de Trabajo etc., al tiempo que se contribuye a una mejor gestión de personal. Podemos entenderlo como una forma de asesoramiento legal preventivo.

Las ventajas de conocer los riesgos existentes, se constatan desde el momento que, una vez advertidas las desviaciones legales, se puedan articular medidas tendientes a la desaparición del riesgo o a su disminución en términos económicos y en la posibilidad de diseñar una estrategia que permita, también, la reducción de su incidencia en las relaciones laborales y el ambiente de trabajo. Aún, cuando el riesgo detectado se torne en algo inevitable, la ventaja de conocerlo vendrá dada por la posibilidad de prever sus efectos, frente a las desventajas que lleva aparejado el factor sorpresa de un problema imprevisto.